El modelo educativo del
IMEP parte de un enfoque constructivista y biopsicosocial para estudiar la conducta humana desde una aproximación teórico y metodológica de la Psicología integrativa que trasciende el modelo tradicional de la enfermedad. Este modelo nos permite considerar la cultura donde los problemas de conducta humana emergen a fin de estudiar las diferentes influencias ambientales a fin de innovar con marcos teóricos no reduccionistas que nos permitan considerar las diferentes influencias y proponer modelos de intervención orientados a modificar estilos de vida, prevención y tratamiento de enfermedades que impacten el bienestar psicológico. El estudiante es reconocido en el modelo educativo del
IMEP como el principal protagonista de la construcción del conocimiento. Se visualiza como un sujeto activo, pensante y creativo, autogestivo que aprende de forma
crítico-pro-activo, identificando áreas de oportunidad y desarrollando conocimientos, destrezas y actitudes éticas que le permiten formarse como un profesionista líder y promotor del cambio. El docente tiene la responsabilidad de planear estratégicamente sus actividades docentes establecidas en los programas de estudio, supervisar la adquisición de competencias pertinentes, modelar actividades de aprendizaje, facilitar la discusión crítica y retroalimentar los aprendizajes dentro de un marco ético.
El ambiente de aprendizaje del IMEP incluye la concepción de al menos dos ambientes de aprendizaje: el aula y las experiencias reales de aprendizaje en el campo de los estudiantes. El enfoque de trabajo privilegia el aprendizaje de los estudiantes, sobre la enseñanza. En este sentido, el modelo educativo del IMEP destaca la importancia del aprendizaje significativo. Por ello, los primeros involucrados son los docentes que facilitan el aprendizaje, motivan la autogestión e incorporan los aprendizajes que ocurren en el campo. La tarea del profesor es intervenir para que esos aprendizajes sean mejores y para que aquellos estudiantes que no poseen las habilidades de estudio adecuadas y/o la autogestión, o que las practican deficientemente, las adquieran o desarrollen aún más.
El modelo educativo del IMEP se centra en el aprendizaje, privilegiando el aprendizaje autogestivo en los estudiantes y el desarrollo de competencias generales y específicas. Para el IMEP es importante que el docente ayude a los estudiantes a descubrir y utilizar sus habilidades innatas e innovadoras en el aprendizaje, con la finalidad de ajustar su comportamiento a las exigencias competitivas y globales actuales.